Muchas son las necesidades que la actual sociedad de consumo nos crea. Poco a poco nos las van introduciendo sin que nos demos cuenta y cuando nos percatamos de esto ya casi es imposible volver atrás.
Buscan únicamente su propio bien y no miran para nada los daños que se puedan ocasionar a las personas. La heroína mata no hay duda, pero ¿qué hacen con nosotros las otras necesidades creadas artificialmente? Me refiero a los productos que nuestra sociedad de consumo nos va metiendo y regalando para que nos habituemos y cuando ya no podemos pasar sin ellos ¡Zas! Nos los cobran y al precio que ellos quieran.
Ejemplos: Yo estoy enviando este trabajo por correo electrónico que me es facilitado de forma gratuita. Seguro que ya mismo mi proveedor me cobrará una cantidad por mensaje enviado o recibido. Hace años mi banco me regaló una tarjeta de plástico para pagar mis compras y sacar dinero de los cajeros. No me cobraba nada por ella. Luego me facturó 500 pesetas al año, ahora me ha descontado 9 euros por semestre. Eso sin contar lo que les cobra a los comerciantes por abonarles nuestra compra. Los recibos me los domicilian gratis, ya hay bancos que cobran una cantidad por ello. Las empresas ya no tienen oficinas para cobrar sus recibos. ¿Dónde paga usted el recibo de la luz o del teléfono? En el banco y además con las malas caras de los empleados por no pagarlo a primeras horas de la mañana. Ellos, el capital, ponen las reglas. Los ciudadanos ¡a aguantarnos! Y es que en España, como en el mundo, no manda el PP o el PSOE sino las grandes empresas y bancos que monopolizan toda la economía de un país y además controlan los medios de comunicación.
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