domingo, 30 de mayo de 2010

Los caños de Guadix

Ahora que se quieren dar a conocer las "minas del agua" y abrir para su visita por el público en general, quiero dar a conocer un artículo que publiqué en Wadi-As hace unos cinco años aproximadamente reivindicando el mantenimiento de estas obras de ingeniería con varios siglos de antigüedad y que abastecían de agua a Guadix.
Sobre los refugios de la guerra civil incluiré una nueva entrada indicando su localización, asesorado por mi padre. Seguro que con algunos se van a llevar una sorpresa por su hoy centrica y comercial situación que hace imposible su visita.
Los caños
Nuestra ciudad ha sido de siempre rica en agua, proveniente toda ella de los veneros de Sierra Nevada. Después de las importantes lluvias y nevadas tenidas este invierno, el líquido elemento brilla por su ausencia en Guadix. No me refiero a que no tengamos agua potable, me refiero a las fuentes públicas, los caños, que antes abastecían a toda la ciudad.
Ahora no encuentras ninguno en uso, salvo el de San Antón, no sale ni una gota por sus bocas. ¿Qué pasa? ¿Han dejado de manar sus fuentes? ¿Dónde va el agua que antes nos refrescaba en las calurosas tardes de verano?
¿No hubo una escuela taller para recuperar nuestros caños? Estos manaron agua un tiempo y después, secos. Eso sí, lucen la lápida conmemorativa de su arreglo.
Recuerdo la mina de Santiago-Hospital cuando, en verano, acompañaba a mi tío Nono a cortar el agua para echársela a los conventos y al seminario. Está construida con rosca de ladrillo con altitud variable según los tramos. Su anchura es de unos 75 cm. Y por el centro del suelo discurría un canalillo hecho de teja árabe, interrumpido cada cierto trecho por una orza de barro para que se depositara en ella la arenilla que pudiera arrastrar.
Desde entonces no he entrado en ella, pero he oído decir que el agua se entubó por razones higiénicas. Este remedio no ha dado resultado y a la vista está.
¿Sería mucho pedir que algún partido político incluyera en su programa electoral la recuperación efectiva y duradera de nuestras fuentes públicas? Estas galerías, que han resistido el paso de los siglos por su magnífica construcción, no van a ser capaces de aguantar la acción del hombre moderno cada vez más incivilizado y materialista, e insensible a proteger nuestro legado cultural e histórico.

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