El que haya leído el titular habrá pensado: ¿cómo se puede afirmar tal cosa?
Casi todos sabemos la falsedad del enunciado. Conocemos el esfuerzo, el sacrificio, y lo que tenemos que aguantar para llevar a casa el salario a fin de mes, semana o día y eso los que tenemos trabajo, de los que no lo tienen para qué hablar.
Antes he dicho que casi todos sabemos que el dinero se consigue con esfuerzo y sacrificio, pero, aparte de a los que les llueve y ganan muchos euros, hay otro sector de la sociedad que no lo sabe ni queremos que lo sepa.
Estas reflexiones me han venido a la cabeza como consecuencia de la frase, título de este artículo, que uno de mis alumnos me dijera el otro día en clase al tratar de explicarles que no podemos malgastar y que debemos reciclar (se habían gastado unos euros en material para manualidades que podían haber hecho, y esa era mi intención, con productos de desecho).
Pongámonos en el puesto de un niño, no importa la edad. Todos los días recibe uno o dos euros (antes eran veinte duros) para que se compre “algo” en el kiosco para llevarse a la escuela “por si le da hambre”. Cuando llega al kiosco empieza a pedir cosas hasta gastarse por completo las monedas que lleva. Cuando hemos tratado el tema en clase me han contestado “maestro, si mañana me dan más”.
Se han parado ustedes a pensar el daño que les hacemos a nuestros hijos con esa actitud. Estamos criando personas a las que no les falta de nada, unas veces queremos que no pasen las faltas que en nuestra infancia creímos pasar, otras no podemos permitir que nuestro hija/o sea menos que el del vecino y si a este le han comprado una videoconsola, por ejemplo, marca X, el nuestro, marca Y, que es mejor y más cara y así quedamos como el aceite, siempre por encima de los demás.
Con esto estamos consiguiendo que nuestros hijos crean que todo es jauja y que en la vida todo se lo van a regalar. Luego vendrán las frustraciones y decepciones de esos a los que les hemos enseñado que las cosas vienen por la chimenea como Papá Noel o Los Reyes Magos.
Prueben ustedes a ponerle a su hija/o un sueldo semanal o mensual y que de ahí no se pueden salir. Que si quiere conseguir algo tiene que sacarlo de ese sueldo y que quizás tenga que establecer prioridades y descartar poseer alguna cosa por tener otra ¿no es eso lo que nosotros los adultos hacemos? Así les están ayudando a formarse para el día de mañana que es lo que pretendemos como padres.
¡Ah! Se me olvidaba, no los lleven con ustedes al banco o al cajero automático ya que van a ver que con sólo firmar un papel o meter una tarjeta por una ranura les dan dinero, pero no van a ver que sólo se lo dan si previamente lo han depositado allí. Esto es lo que está acostumbrado a ver mi alumno al que me referí al principio.
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